(Como la autora del libro acerca del que voy a hablar sigue acá en la Tierra con nosotros, o sea: no está eligiendo su recuerdo más feliz para vivirlo para siempre; en el párrafo que sigue voy a hacer una especie de introducción acerca de qué es de esta mujer por estos días)
Toni Morrison, escritora estadounidense de ascendencia afroamericana, se proclamó, hace algunos días, a favor del candidato a presidente Barack Obama. A pesar de lo que uno pudiera suponer apresuradamente, su apoyo al candidato no se basa en el componente racial que comparten, sino en la admiración que la autora tiene por las capacidades intelectuales e imaginativas de Obama, que según ella, “son los constituyentes de la sabiduría”.
(Y en este otro parrafito voy a hacer tratar de explicar brevemente de qué voy a hablar, cuál es el recorte que elegí para tratar esta novela)
En la novela Beloved, se puede hacer una lectura acerca del rol de la comunidad entre las poblaciones esclavas estadounidenses. Para ver en profundidad el análisis que se presenta a continuación, conviene (como es lógico) leer la novela. Yo la tengo, y la pongo a disposición de todo aquel que quiera leerla, para sacar sus propias conclusiones de la trama.
Las comunidades afroamericanas poseen un carácter aleatorio en cuanto a su constitución. Dependen de los tratados esclavistas, de la compra y venta de sus integrantes, de la resistencia física y psicológica frente a la explotación. Esas realidades las convierten en grupos fluctuantes, con una amplia permeabilidad de acogida a nuevos integrantes, como de aceptación de la pérdida definitiva de alguno de ellos. Son grupos que fueron arrancados de sus tierras, de sus ancestros, sus creencias y sus modos de vida, para ser traídos a otro continente y ser oprimidos y animalizados. El desarraigo es parte constitutiva de sus vidas, y por lo tanto la fraternidad comunitaria se convierte en una necesidad. Los une el sufrimiento compartido y la esperanza de poder escapar de él.
Uno de los personajes, Paul D., dice: “Sethe, tú y yo tenemos más ayer que nadie. Necesitamos alguna suerte de mañana.” Mientras se encuentran esclavizados, no poseen un pasado al cual remitirse, sus orígenes africanos han quedado demasiado atrás como para presentar un asidero seguro frente a los sufrimientos. Con el paso del tiempo, lo que se hereda de generación en generación es el sometimiento; tampoco el pasado reciente es capaz de transmitir seguridad alguna. Lo único que queda son los padecimientos del presente, que fortifican los lazos comunitarios. La fuga y la resistencia, en todas sus formas, son planificaciones grupales, sólo en contadas ocasiones los esclavos actúan individualmente, sin el apoyo del resto. La posibilidad de un mañana en libertad no se concibe aisladamente, como tampoco se planifica y se sale adelante sin la ayuda de los semejantes. Además de la “comunidad de resistencia” que se establece durante la esclavitud, existe otro tipo de comunidades que se conforman cuando las personas logran su libertad, ya sea por medio de la fuga (cuya garantía de éxito es su carácter grupal) o por la compra de la misma. En esta instancia, comienza un período de establecimiento de lazos y de acuerdos tendientes a construir un orden nuevo, en el cual la libertad es compartida.
En este tipo de comunidades, los ancianos poseen un rol importante (al igual que en las comunidades aborígenes, ver “A propósito de Lo que el viejo dijo”)
En Beloved, Baby Suggs encarna el papel aglutinador de la nueva comunidad que se ha gestado en libertad. A través de las ceremonias que celebra en el Claro, consigue hacer palpables los lazos que unen a todos los integrantes del grupo que han conseguido salir de la esclavitud. A través del llanto, la risa y el baile intercalados en una mezcla homogénea, Baby Suggs vivifica la comunidad y los sentimientos que unen a todo el grupo. Con sus directivas opone sus sentimientos a las actitudes de sus opresores, y genera un clima de excitación y de unión profunda. Sus palabras tienen como fin afianzar la unidad y reivindicar los valores propios y humanos que deben valorarse, lejos de la animalización sufrida en el pasado. El Claro representa la unidad, y ella misma lo dice: “en este lugar carne somos. Carne que llora y ríe, carne que baila con los pies descalzos en la hierba. Amadla, amadla intensamente”. También es Baby Suggs la que ofrece un banquete para noventa personas en su hogar, donde la unión parece perfecta hasta que se corta. Los invitados se disgustan, sienten celos y envidia hacia esa anfitriona que se brinda a ellos tan abiertamente. En ese punto, se puede ver el carácter fluctuante de la comunidad, que culturalmente no comparte los mismos rasgos que unen a las comunidades nativas.
Por otro lado, resulta interesante ver la actitud que tiene la comunidad frente al miembro que se ha alejado. Sethe, “cuando salió de la cárcel no hizo un gesto hacia nadie y vivió como si estuviese sola”. La comunidad, por lo tanto, le dio la espalda, y perpetuó su confinamiento en 124 junto a su suegra, su hija y el fantasma del bebé. La indiferencia sólo pudo ser quebrada cuando Denver salió de su casa a pedir ayuda. En este caso, no es la comunidad la que se acerca al extraviado, sino que él debe acercarse y pedir el auxilio que necesita. Hay que hacer expresa la necesidad frente a los otros, frente al resto que, aparentemente, puede vivir sin un integrante. Denver es el puente entre la comunidad y Sethe, y los nombres escritos en los papeles de las bandejas con comida, son la comunidad que a pesar del tiempo sigue allí. En el texto, la reflexión que aparece sobre esta actitud, afirma que “quizás eran buena gente, sencillamente, capaces de cierta maldad recíproca durante mucho tiempo, pero cuando se presentaban problemas hacían rápidamente lo que podían para ayudar a solucionarlos.”
Finalmente, el rol de la comunidad, en general, es de protección, ayuda y generosidad compartida. Pero no hay que olvidar que la construcción de las comunidades de esclavos, libres o no, se da a partir de la necesidad de sobrevivir. Es por eso que el grupo puede vivir sin el individuo, pero el individuo no puede vivir sin el grupo. De todos modos, como bien percibe Paul D., “más importante que lo que Sethe había hecho era lo que reivindicaba”, y sus acciones sólo perseguían la libertad, el fin compartido por todos.
Estos grupos de personas buscan resguardarse de la opresión de los blancos, de aquellos que, por considerarlos diferentes, los someten y arrinconan, quitándoles lo que les es propio: las tierras, el lugar de pertenencia y la libertad. Los alcances de ese despojamiento dependerá de las diferentes visiones del mundo de cada cultura, pero la herida ha sido abierta, y aún sangra.
(Y en este otro parrafito voy a hacer tratar de explicar brevemente de qué voy a hablar, cuál es el recorte que elegí para tratar esta novela)
En la novela Beloved, se puede hacer una lectura acerca del rol de la comunidad entre las poblaciones esclavas estadounidenses. Para ver en profundidad el análisis que se presenta a continuación, conviene (como es lógico) leer la novela. Yo la tengo, y la pongo a disposición de todo aquel que quiera leerla, para sacar sus propias conclusiones de la trama.
Las comunidades afroamericanas poseen un carácter aleatorio en cuanto a su constitución. Dependen de los tratados esclavistas, de la compra y venta de sus integrantes, de la resistencia física y psicológica frente a la explotación. Esas realidades las convierten en grupos fluctuantes, con una amplia permeabilidad de acogida a nuevos integrantes, como de aceptación de la pérdida definitiva de alguno de ellos. Son grupos que fueron arrancados de sus tierras, de sus ancestros, sus creencias y sus modos de vida, para ser traídos a otro continente y ser oprimidos y animalizados. El desarraigo es parte constitutiva de sus vidas, y por lo tanto la fraternidad comunitaria se convierte en una necesidad. Los une el sufrimiento compartido y la esperanza de poder escapar de él.
Uno de los personajes, Paul D., dice: “Sethe, tú y yo tenemos más ayer que nadie. Necesitamos alguna suerte de mañana.” Mientras se encuentran esclavizados, no poseen un pasado al cual remitirse, sus orígenes africanos han quedado demasiado atrás como para presentar un asidero seguro frente a los sufrimientos. Con el paso del tiempo, lo que se hereda de generación en generación es el sometimiento; tampoco el pasado reciente es capaz de transmitir seguridad alguna. Lo único que queda son los padecimientos del presente, que fortifican los lazos comunitarios. La fuga y la resistencia, en todas sus formas, son planificaciones grupales, sólo en contadas ocasiones los esclavos actúan individualmente, sin el apoyo del resto. La posibilidad de un mañana en libertad no se concibe aisladamente, como tampoco se planifica y se sale adelante sin la ayuda de los semejantes. Además de la “comunidad de resistencia” que se establece durante la esclavitud, existe otro tipo de comunidades que se conforman cuando las personas logran su libertad, ya sea por medio de la fuga (cuya garantía de éxito es su carácter grupal) o por la compra de la misma. En esta instancia, comienza un período de establecimiento de lazos y de acuerdos tendientes a construir un orden nuevo, en el cual la libertad es compartida.
En este tipo de comunidades, los ancianos poseen un rol importante (al igual que en las comunidades aborígenes, ver “A propósito de Lo que el viejo dijo”)
En Beloved, Baby Suggs encarna el papel aglutinador de la nueva comunidad que se ha gestado en libertad. A través de las ceremonias que celebra en el Claro, consigue hacer palpables los lazos que unen a todos los integrantes del grupo que han conseguido salir de la esclavitud. A través del llanto, la risa y el baile intercalados en una mezcla homogénea, Baby Suggs vivifica la comunidad y los sentimientos que unen a todo el grupo. Con sus directivas opone sus sentimientos a las actitudes de sus opresores, y genera un clima de excitación y de unión profunda. Sus palabras tienen como fin afianzar la unidad y reivindicar los valores propios y humanos que deben valorarse, lejos de la animalización sufrida en el pasado. El Claro representa la unidad, y ella misma lo dice: “en este lugar carne somos. Carne que llora y ríe, carne que baila con los pies descalzos en la hierba. Amadla, amadla intensamente”. También es Baby Suggs la que ofrece un banquete para noventa personas en su hogar, donde la unión parece perfecta hasta que se corta. Los invitados se disgustan, sienten celos y envidia hacia esa anfitriona que se brinda a ellos tan abiertamente. En ese punto, se puede ver el carácter fluctuante de la comunidad, que culturalmente no comparte los mismos rasgos que unen a las comunidades nativas.
Por otro lado, resulta interesante ver la actitud que tiene la comunidad frente al miembro que se ha alejado. Sethe, “cuando salió de la cárcel no hizo un gesto hacia nadie y vivió como si estuviese sola”. La comunidad, por lo tanto, le dio la espalda, y perpetuó su confinamiento en 124 junto a su suegra, su hija y el fantasma del bebé. La indiferencia sólo pudo ser quebrada cuando Denver salió de su casa a pedir ayuda. En este caso, no es la comunidad la que se acerca al extraviado, sino que él debe acercarse y pedir el auxilio que necesita. Hay que hacer expresa la necesidad frente a los otros, frente al resto que, aparentemente, puede vivir sin un integrante. Denver es el puente entre la comunidad y Sethe, y los nombres escritos en los papeles de las bandejas con comida, son la comunidad que a pesar del tiempo sigue allí. En el texto, la reflexión que aparece sobre esta actitud, afirma que “quizás eran buena gente, sencillamente, capaces de cierta maldad recíproca durante mucho tiempo, pero cuando se presentaban problemas hacían rápidamente lo que podían para ayudar a solucionarlos.”
Finalmente, el rol de la comunidad, en general, es de protección, ayuda y generosidad compartida. Pero no hay que olvidar que la construcción de las comunidades de esclavos, libres o no, se da a partir de la necesidad de sobrevivir. Es por eso que el grupo puede vivir sin el individuo, pero el individuo no puede vivir sin el grupo. De todos modos, como bien percibe Paul D., “más importante que lo que Sethe había hecho era lo que reivindicaba”, y sus acciones sólo perseguían la libertad, el fin compartido por todos.
Estos grupos de personas buscan resguardarse de la opresión de los blancos, de aquellos que, por considerarlos diferentes, los someten y arrinconan, quitándoles lo que les es propio: las tierras, el lugar de pertenencia y la libertad. Los alcances de ese despojamiento dependerá de las diferentes visiones del mundo de cada cultura, pero la herida ha sido abierta, y aún sangra.
*Morrison, Toni. Beloved. Trad. Iris Menéndez. Barcelona, Ediciones B, 1993
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