Acerca de una de las crónicas de Fotocopias, de John Berger.
Estamos frente a un determinado momento en la vida de dos personas, de este hombre y esta mujer. Está narrado de manera simple, sin mayores trascendencias. Pero es justamente ahí donde se hace presente lo trascendente, en esos momentos en que casi no nos damos cuenta.
El narrador/personaje (ya que habla en primera persona) construye a la mujer que tiene enfrente. La construye desde afuera, la única manera posible de construir-conocer a otro, pero lo hace desde un lugar muy íntimo y a la vez desconcertante. Habla de los animales que él piensa que viven con ella y que ella conoce. Mediante esa metáfora, nos introduce en un espacio de profundidad en el que se juega con el conocimiento y el desconocimiento. A través de estos supuestos animales, encuentra la mejor manera de describir aquello que de otra manera sería imposible describir, ya que la interioridad de otro es un espacio vedado (incluso, por momentos, la propia interioridad nos es un espacio vedado). Los animales rompen la lógica, y por eso permiten el paso a una realidad más profunda, que sería imposible atisbar por otros medios.
Esta mujer que aparece a través de cada palabra, no es una mujer que pasa por la vida, es una mujer que pasó por muchas vidas, que fue muchas cosas, y por lo tanto, tiene toda esa sabiduría acumulada.
Ella tiene una caja, y al mirarla, él confiesa "no me había parado a pensar qué llevaría dentro. Tal vez pinturas. O manzanas. O unas sandalias y crema para el sol". En la enumeración, aparece el perfil que él puede hacerse de ella. Pero la mujer rompe con su perfil, ya que la caja contiene una cámara de fotos estenopeica. Ella también quiere captar la realidad. Quiere lo mismo que él.
La cámara es quien resume toda esa historia, es el instrumento que puede unificar la realidad parcial que cada uno observa. "Nos quedamos de pie, mirando a la cámara. Nos movimos, claro, pero no más de lo que lo hacían los ciruelos mecidos por el aire. Pasaron los minutos. Mientras estábamos allí reflejamos la luz, y lo que reflejamos atravesó el agujerito negro y entró en la caja." Ahí estaban los dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario