“...sabes cuándo me siento
y cuándo me levanto...”
Salmo 139.
En Fotocopias, John Berger ofrece un fresco de la realidad, tal y como la ve él. Y nos la regala, sin reparos, en cada uno de los relatos que conforman el libro.
El autor hace referencia a su propia obra llamándola “estas fotocopias”. Así es como concibe su tarea; saca fotocopias de lo que ve, de lo que piensa, de lo que ocurre. Son fotocopias con palabras, fieles a lo que copian, pero a la vez infieles, imprimiéndoles un toque, una mirada, un recorte particular.
En veintinueve crónicas realistas, John Berger trata temas diferentes, que van desde su concepción del tiempo hasta los olvidados de las sociedades. En este abanico, despliega su escritura empapada de imágenes pictóricas, de sensibilidad, y logra un verdadero puente con el lector. Cuenta hechos anecdóticos, los desnuda, y al mismo tiempos se desnuda y nos desnuda como lectores. Nos deja parados frente a la realidad, sin más armas que nuestra propia capacidad de asombro y de emoción. Cada historia está contada de manera particular. Son historias sencillas, cotidianas, pero a la luz de la escritura, renacen de manera diferente, con otro brillo, con otra profundidad. Todo el bagaje artístico de Berger aparece entre cada línea, los años de teatro, de novelas, de películas. Todo aparece en Fotocopias, como si fuera la síntesis de largos años de trabajo. Porque, como dice uno de sus personajes, “todo es cuestión de tiempo”, y John Berger supo cómo tratarlo en su obra.
y cuándo me levanto...”
Salmo 139.
En Fotocopias, John Berger ofrece un fresco de la realidad, tal y como la ve él. Y nos la regala, sin reparos, en cada uno de los relatos que conforman el libro.
El autor hace referencia a su propia obra llamándola “estas fotocopias”. Así es como concibe su tarea; saca fotocopias de lo que ve, de lo que piensa, de lo que ocurre. Son fotocopias con palabras, fieles a lo que copian, pero a la vez infieles, imprimiéndoles un toque, una mirada, un recorte particular.
En veintinueve crónicas realistas, John Berger trata temas diferentes, que van desde su concepción del tiempo hasta los olvidados de las sociedades. En este abanico, despliega su escritura empapada de imágenes pictóricas, de sensibilidad, y logra un verdadero puente con el lector. Cuenta hechos anecdóticos, los desnuda, y al mismo tiempos se desnuda y nos desnuda como lectores. Nos deja parados frente a la realidad, sin más armas que nuestra propia capacidad de asombro y de emoción. Cada historia está contada de manera particular. Son historias sencillas, cotidianas, pero a la luz de la escritura, renacen de manera diferente, con otro brillo, con otra profundidad. Todo el bagaje artístico de Berger aparece entre cada línea, los años de teatro, de novelas, de películas. Todo aparece en Fotocopias, como si fuera la síntesis de largos años de trabajo. Porque, como dice uno de sus personajes, “todo es cuestión de tiempo”, y John Berger supo cómo tratarlo en su obra.
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