En estas comunidades tribales nada es fragmentario, todo está fuertemente unido entre si, las personas, los animales, el lugar geográfico, las almas de los antepasados. Así y solo así se concibe a la comunidad. Hay una dialéctica perpetua que se establece entre tiempo, espacio y personas, en la que todo está esencialmente relacionado con el entorno en una profundidad que no permite la noción de individuo aislado. Todo se define en relación con el contexto. Son todos y cada uno de los integrantes de la comunidad los que entran en el juego de las definiciones mutuas como personas. En esas definiciones también aparece el rol de la naturaleza y del arraigo al lugar donde se ha nacido y donde se morirá, donde habitan los familiares tanto humanos como vegetales y animales, los que están vivos y los que han perecido. Así se conforma la visión holística del mundo: todo está ahí, presente, cada elemento constitutivo de la comunidad tiene una razón de ser y un rol definido y necesario para el bien del conjunto. Lo que predomina es la unidad, y su fuerza es tan esencial que no da lugar a la posibilidad de fragmentación, dividirse es dejar de ser.
El viejo habla con paciencia acerca de esperar el tiempo. “Nada bueno/ ocurre con rapidez”, ese es su mensaje, así habla desde su sabiduría ancestral. “El viejo dijo”, habló en pasado, pero habló acerca del futuro y de su presente, que en realidad es eterno, se eterniza en la oralidad, en las historias, en la sabiduría transmitida a las nuevas generaciones de la tribu. Todo lo que sigue a “es/ mentira” refiere a ese presente infinito del tiempo espiralado y lo que el viejo intenta hacer con sus palabras es una suerte de manifiesto, de guía, que abarca todos los aspectos de la vida.
El poema habla de la sabiduría de la naturaleza, de la sabiduría de los animales, y explicita la relación de parentesco entre los humanos y los animales. Al ciervo lo llama “hermano”, y sólo como un ejemplo de los animales. Todos los animales son hermanos, así como todas las plantas y todo lo que los rodea, porque “todo/ cada cosa/ importa”. El viejo muestra cómo la naturaleza enseña, y es necesario aprender de ella.
Por último, la visión holística del mundo aparece con toda la fuerza de su unidad cuando se contrapone con el mundo de los blancos, de las ciudades, donde todo es fragmentario. Frente a lo otro que aparece como amenaza de destrucción, la concepción de unidad esencial se reafirma, y es la base en la que se apoya el poema. El viejo establece la distinción entre vivir y residir en las ciudades de los blancos. Los indios sólo residen allí, jamás podrían vivir, porque no es su entorno, no es su lugar geográfico. En las ciudades faltan todos los elementos que definen a la comunidad: faltan los parientes.
En la voz del anciano aparece la fuerza de la comunidad, que es tal gracias a todos y cada uno de sus componentes. El tiempo y la naturaleza definen y constituyen su visión holística del mundo. “Dicen que si uno se pierde en el mar, esas criaturas lo ayudan porque se acuerdan del tiempo en que todos éramos uno”; en estas comunidades ese tiempo en que todos eran uno es el tiempo presente, que se extiende hacia el pasado y hacia el futuro, y los abarca a todos.
viernes, 22 de febrero de 2008
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